Este año parecía comenzar de manera positiva, luego de un período difícil debido a la pandemia y la crisis del Covid-19, así como la guerra entre Rusia y Ucrania. Sin embargo, hace unos días se produjo un terremoto inesperado y devastador en Turquía, lo que dejó al país desamparado, frenando su producción de acero, lo que representa una de las producciones más importantes del mundo con una cantidad equivalente a 16 millones de toneladas.
Hasta ahora, los daños a la infraestructura han detenido prácticamente un tercio de la producción, y aunque las plantas productoras no se vieron afectadas gravemente, si lo hicieron en temas de transporte, como lo son puertos, carreteras y vías del tren.
Esto implica una gran problemática ya que, en 2021 la producción de acero en Turquía fue de alrededor de 35 millones de toneladas, convirtiendo a este país en uno de los principales productores de acero del mundo.
Esta noticia llega en un momento donde Turquía había experimentado una caída en sus exportaciones de acero durante el 2022, periodo en el que disminuyeron 17.7%, al igual que las importaciones de insumos de acero y hierro también, dando como resultado un aumento de precios en la electricidad y gas, energía utilizada en las fábricas.
La relación entre México y Turquía se une frente a la situación
Ante esta situación de necesidad social, México unió fuerzas para poder ayudar al país, firmando un convenio para ratificar la confianza entre ambas naciones, en materia de importación y exportación de diversos productos como cosméticos, ropa, acero, refacciones, maquinaria y vehículos.
Esto tiene implicaciones importantes para México, ya que Turquía es uno de los principales proveedores de acero para la nación latinoamericana. De hecho, en 2021 México importó alrededor de 1.7 millones de toneladas de acero turco, lo que representa alrededor del 10% de las importaciones totales de acero del país.
Por su parte, el embajador de Turquí en México, Ilhan Kemal Tug quien además es miembro de la Asociación de Exportadores exhortó su agradecimiento por la ayuda humanitaria de nuestro país al suyo, asegurando que el convenio firmado fortalecerá y mejorará la economía de ambas naciones.
En la misma línea, cabe resaltar que México y Turquía a lo largo de la historia han creado grandes lazos comerciales alrededor de industrias como la agrícola, electrónica y la automotriz; además los países han trabajado juntos en iniciativas para mejorar la eficiencia de los puertos y la conectividad entre las naciones.
El camino correcto es el que se sigue contribuyendo, y se espera que tras los sismos ocurridos el apoyo humanitario, económico y social siga, mientras tanto las relaciones entre México y Turquía se mantienen sólidas y en espera del fortalecimiento continuo.
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