La guerra comercial entre Estados Unidos y China y la invasión de Ucrania ha reescrito las reglas de la logística internacional. El enfoque de los países es la seguridad de las cadenas de suministro: la incertidumbre causada por las tensiones geopolíticas nos obliga a ahondar en nuevas formas de comercio. Por ejemplo, hay un aumento considerable en el friendshoring, tendencia logística que implica la transferencia de inversiones, conexiones de fabricación y establecimientos a países que se consideran amigables o friendly. Se consideran compatibles porque comparten valores similares en cuanto a política y economía.
El punto clave de esta estrategia es evitar interrupciones en las cadenas de suministro y, de manera más específica, previene los cuellos de botella y la escasez. El friendshoring logra esto por medio de la creación de nuevas rutas a países que se consideran de bajo riesgo. En conjunto con el nearshoring, soluciona los retos y evita los retrasos a cause de cambios logísticos, consiguiendo mayor resiliencia en supply chains. Esta tendencia ya ha modificado al mercado.
Un ejemplo reciente es el aumento en el comercio de contenedores entre Estados Unidos y Vietnam que, entre 2017 y 2022, tuvo una taza de crecimiento del 156%. Otro ejemplo bastante claro es entre China y Rusia. Debido a las restricciones y sanciones internacionales que limitaron sus oportunidades comerciales, Rusia incrementó sus exportaciones desde China en $5.2 mil millones de dólares cada año. Lo que se gastaba en ciertos países ahora se gasta en otros: la situación política y económica actual ha transformado enormemente los acuerdos comerciales.
México es una pieza clave para la importación y la exportación de bienes. Los cambios en las cadenas de suministro nos pueden beneficiar en varios ámbitos. Sin duda es un fenómeno que merece la pena observar. Estaremos atentos para comunicar nuevas noticias.
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